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domingo, 22 de julio de 2018

"I am a Warrior" by Manuel J. Iniesta


“I am a warrior not because i always win but because i will always fight” Lagertha by Manuel J. Iniesta mi último fan-art (elegido por mis seguidores de instagram, tampoco tengo tantos xD xD) Lagertha Shieldmaiden de la serie Vikings. Espero os guste tanto como a mi hacerlo :)

miércoles, 18 de julio de 2018

"Taladrando la Inocencia" by Manuel J. Iniesta


Siempre soñé con verla desnuda y ahí estaba ella, enfrente mío, mirándome como una leona, con unos ojos que atravesaban mi cuerpo y se clavaban en la pared de detrás mío. No puedo dejar de mirarla, tanto tiempo y por fin se hacia realidad mi sueño de tenerla entre mis brazos, de poder acariciar su cuerpo con mis manos. Una eternidad esperando para ese instante. Ella no aparta la mirada y se dirige sinuosamente hacia mi, mientras la espero nervioso en la cama.
Pasea su dedo indice muy despacio por mis pantalones hasta llegar a mi cremallera, la desliza hacia abajo sin dejar de mirarme. Y sin apartar sus ojos de los míos, me arrebata de mi parte inferior quedándome en ropa interior.
Sonríe, nunca he visto una sonrisa tan perfecta, ahora es el turno de arrebatarme mi camisa. Me percato de que aún no me ha besado y casi como si me leyera la mente, acerca sus labios a los míos y me da un beso largo y otro mas corto y sin siquiera percatarme sus manos habían esposado las mías al cabecero de la cama.
Ahora era suyo, bueno, siempre lo había sido. Me quita la ropa interior, los dos estamos totalmente desnudos. Se mueve en la cama con la agilidad de un gato y la fiereza de una pantera hasta que coloca su vagina en mis labios. Mueve su cintura de forma suave para ayudar a mi lengua a hacer su trabajo.
Ella gime y agarra mi pelo con su mano derecha mientras aprieta sus muslos contra mi cara. Exclamo a dios por el placer que me está generando este momento y durante mi llamada, ella jadea y mira hacia abajo hasta que nuestros ojos se cruzan y claman al cielo mientras vacía su sexo en mi boca.
Entre jadeos me susurra algo al oido, no logro entenderla, creo que dice ...esto aún no ha acabado...
Nunca he tenido tan duro mi pene, casi parecía el doble de lo habitual. La acaricia con la mano y le da un beso suave antes de subirse a ella. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo como un latigazo, es como estar en el cielo y en el infierno al mismo tiempo. Sus caderas se mecen al mismo ritmo que el tiempo se detiene. La miro, es una diosa encima mía, sonrío y me regocijo en mis adentros.
Su movimiento se acelera y sus gemidos se acentúan y se colocan al unísono con los míos. Sus uñas se clavan en mi pecho, el dolor me produce un placer inimaginable. Nuestro sudor empapa nuestros cuerpos. El olor de ella es una ambrosía de sentimientos.
Sus manos agarran las mías, mientras, su mirada clama al cielo. Siento que desfalleceré en breve en una explosión carnal, y justo antes de llegar al clímax, un grito suyo inunda la habitación, en una borájine de pasión y lujuria.
Su mirada se pierde en el techo, su vagina aun palpitaba, la miro y es una estampa preciosa, la cual no quiero retirar de mi memoria. En ese instante se levanta de la cama. Aún mantengo mi erección intacta y no he llegado al orgasmo, pero no me importa, estoy en el cielo con solo haber respirado el mismo aire que ella.
Me sonríe, sabe lo preciosa que es y cuanto la deseo, acerca sus labios a los míos y vuelve a besarme, esta vez, uno largo en el que su lengua escribe palabras de lujuria junto a la mía. Y antes de apartarse, acerca sus labios a mi oido y me susurra "te he amado y te amaré siempre". Mi corazón se para en ese momento y un relámpago recorre, desde mi oido hasta mi entrepierna, haciéndome llegar al orgasmo, solo por escuchar esas palabras y vaciándome en un éxtasis de gemidos y espasmos.
Ella sonríe mientras abandona mi habitación, dejándome atado en un vía crucis de lujuria y pasión. Sin siquiera habiéndole podido responder que
...que yo también la amaba...

domingo, 15 de julio de 2018

"La X marca el Camino" by Manuel J. Iniesta


La música agita su cuerpo joven, las luces iluminan las pequeñas gotas de sudor que emanan de sus poros. Todo a su alrededor es ambrosía para sus sentidos. Todo un club repleto de almas necesitadas de las experiencias mas salvajes que podría dar una noche.
Cuando es consciente de toda la lujuria que le rodea acaba su copa de un trago y coge el mayor de los cubitos de su vaso. Con el en la mano se lo pasa por la frente para intentar mitigar el infierno de su interior. Mientras el frío del hielo alivia sus sentidos, una mano extraña empieza a acariciarle su vientre, lejos de molestarle, se deja llevar para alcanzar el éxtasis de la noche. En ese instante otra mano empieza a acariciarle el pecho. Abre los ojos creyendo que se trataba de la misma persona, pero su boca se estremece al darse cuenta de tener dos esculturas de mármol alabándolo como a un dios.
Sus labios se rozan con el primero, después con el segundo y por último se embarcan en un beso conjunto los tres.
Ninguno de los mástiles cogen en sus pantalones, tres lanzas que se afilaban mas conforme se rozaban entre ellas. Uno de ellos agarra tan fuerte a los otros dos, que pareciera ,que tenia intención de romperlos, para solo dirigirlos al baño del local. Durante el eterno camino al baño sus labios se funden y sus manos empuñan las lanzas de los otros. Dentro del reducido baño durante la vorágine del éxtasis todas las manos, como si de una red se tratase,  empiezan a desnudarse.
En ese instante uno de ellos se inclina un poco para introducir el pene erecto de uno de estos dioses en su boca. Pero sin mediar palabra, mientras lame ese falo divino, el tercer integrante lo ensarta con su lanza. Sus caderas se mueven al unísono, como si de un compás se tratase, como si pertenecieran a un mismo ser.
Los gritos enmudecidos por las manos de sus propios placeres. Afuera la música sigue sonando ensordecedora, el bullicio del baño, incontrolable, pero ellos solo escuchan el sonido de quienes ceden a la voluntad de sus placeres. En un momento, el mas joven de ellos se ergue y los otros pareciera que le rinden pleitesía lamiendo y succionando al unísono su miembro viril y fuerte cual estaca.
El placer no se puede describir, hasta el punto que se vacía en la boca de ellos dos, jadeantes y ansiosos lo posicionan entre ambos y mientras uno lo ensarta por detrás agarrando sus nalgas, el otro hace lo propio por su boca. Las uñas se deslizan por los tres cuerpos dejando heridas de placer y pasión, y en el único instante en el que la música enmudecía, ambos se vaciaron dentro del cuerpo de su joven escultura de mármol, al unísono, y emitiendo un gemido que ensordeció el baño, y el local. Este silencio los hizo estremecerse aun mas.
Al finalizar, los dos mayores se fueron sin mediar palabras, no hubo cariños, no hubo beso, no hubo despedida. El joven intentó recomponer la situación en su cabeza, se quedó solo en el baño durante unos minutos. Al salir se encontró un mensaje escrito en el espejo del baño.

"La X marca el Camino"

Sin entenderlo se miró en el vientre y vio como una X grabada con las uñas de sus dos amantes emanaba sangre sin parar. Una herida que le recordará de cuando un orgasmo enmudeció una noche...