El ser humano es propenso a dejarse atar por cadenas imaginarias, inservibles e invisibles, está en nuestra naturaleza, en nuestro ser... pero a veces una pequeña llama florece en nuestro interior, a veces un pequeño empujon, una mano agarra nuestro espiritu para liberarnos de esta carga, afortunados nos sentimos los que hemos sentido esa mano y dioses los que hemos logrado ser esa llama. El mundo esta lleno de cadenas, es verdad pero no conozco aún la cadena que no pueda ser rota...
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