Vistas de página en total

lunes, 31 de agosto de 2020

"Ventiscas en la Mente" by Manuel J. Iniesta

Ventiscas en la Mente 

Domingo, 30 de Agosto de 2020


Deslicé el dorso de mi mano por su mejilla, nunca imaginé amar tanto a alguien, ella pasea su dedo indice por mi labio inferior muy suavemente.

Nuestras miradas se cruzan un instante y nuestras mentes se conectan en un mismo espacio. 


Nos hemos trasladado a nuestra cama, mentalmente, aparecemos desnudos uno delante del otro, la miro, nunca vi un ser tan magnifico, tan bello, tan perfecto, a su lado empequeñezco y agitando al mismo tiempo. Siento frio y calor, miedo y bravura.


Casi sin ser consciente noto como su mano se desliza por su cuerpo hasta llegar a mi pelvis y juguetear un poco antes de agarrar mi pene, lo hace de manera que siento que dice “Te Amo” con ese gesto, nunca supe expresarlo.


Sin apartar la mirada de la mía, empieza a mover su mano por mi miembro en movimientos ascendentes y descendentes. Un fuego abrasador recorre mi cuerpo, encendiendo la llama de la lujuria.


Acarició sus senos, perdería mil vidas con solo verlos, pero ella deja que los toque. Su gesto cambia y entrecierra los ojos dando salida a sus ser e indicándome que las manos, mis manos, debían trabajar más abajo de sus senos.


Deslizo mi mano en el otro, volvemos a mirarnos, no puedo dejar de mirarla, creo que nunca podré dejar de hacerlo.


Sentirnos como no solo nuestros cuerpos suben de temperatura sino toda la habitación. Es en ese instante, ardiente, lleno de pasión nos abrazamos, y en ese abrazo desliza mi pene en su interior con tanta maestría que ni siquiera me da tiempo a reaccionar cuando estamos en pleno vaivén de éxtasis y de pasión.

Los movimientos se aceleran en cada latido sin dejar de besarnos y sin soltarnos de ese abrazo que nos llevará al nirvana juntos o qué acabará con nosotros.


Siento como palpita su interior con cada uno de mis movimientos. Y un hilo de sudor recorre su mejilla y atento a esa gota que recorre su cara, la busco y la beso donde la gota se detiene. Es un beso salado que hace que mi espalda tiemble de placer. Noto que su respiración al igual que la mía, se entrecorta por los jadeos.


Sus manos agarran con fuerza mis nalgas y yo hago lo mismo con sus caderas. Y un rayo atraviesa nuestros cuerpos y estallamos ambos en un grito que nos despierta de nuestro éxtasis. 


Ahí estamos ambos mirándonos,

…jadeantes

…sudorosos

…exaustos

Mirándonos mas allá de nuestras almas, es en ese instante cuando pronuncia la frase


“… solo el Tiempo sabe cuanto te Amo…”


Sonrío, nunca me acostumbro a escuchar que me ama, pero no podía dejar tal declaración sin respuesta. Y me apresuro a pronunciar


“…haré que el Tiempo te recuerde siempre cuanto te Amo…”





 

domingo, 30 de agosto de 2020

SEX 2.0 by Manuel J. Iniesta

Escrito e Ilustrado por Manuel J. Iniesta