Vistas de página en total

sábado, 11 de enero de 2020

Noche Profunda by Manuel J. Iniesta

Noche Profunda by Manuel J. Iniesta
Desperté en mitad de la noche, me giré y allí estaba ella, perfectamente abrazada al sueño de Morfeo, la miré durante unos instantes y me acerqué a besarle la mejilla antes de volverme a dormir.
Pero al acercarme note como su pijama ligeramente entreabierto mostraba sus pechos perfectos, solo me quedé inmóvil viendo esa ligera apertura al infinito, manteniendo en mi boca la memoria de cuando otras veces los he saboreado. Decido cambiar mi beso en la mejilla por uno un poco mas travieso, y acerco mis labios temblorosos a su pecho perfecto, capaz de sacudir mi pecho cada vez que lo veía. En el momento que mis labios rozan suavemente su pecho una mano se posa en mi cabeza acariciando mi peli, y sin separarme de sus senos miro hacia arriba intentando atisbar su cara y me encuentro con una sonrisa complice y un ademán con su mano para que bese otra zona un poco mas profunda.

Le arrebato su ropa interior y noto como me palpita el corazón antes de llevarme a la boca tal manjar, acaricio suavemente con mi lengua toda su vagina, asegurándome de no dejar centímetro sin haber sido bautizado con mi saliva. Para centrarme en darle placer, acariciando su clítoris con mi lengua, noto su excitación, tan ardiente como la mía. Agarro su trasero para que no se separe de mi abrazo y no pueda escapar. Tarda poco en sucumbir entre gemidos y gritar de extenuación mientras no suelta mi pelo. Mi erección es incontrolable en estos momentos y ella lo está notando y acerca mis labios a los suyos para poder besarla y agarra mi pene y se lo introduce, ambos gritamos de placer en medio de la noche. No dejo de besarla, ni de acariciarle el pecho en cada embestida. Y así acometida tras cometida, gemidos tras gemidos ella clava sus uñas en mi espalda mientras los dos llegamos al éxtasis en el mismo momento ahogándonos mutuamente en un grito sordo.
Nos corremos de tal manera que hubiéramos hecho languidecer al mismísimo dios Baco.
Nos miramos una vez mas y sin dejarle si quiera opinar vuelvo a las andadas a seguir saboreando su vagina, ¿por qué?, ¿Quién no querría seguir con una segunda parte, cuando tienes a una diosa delante? Pero esto lo contaré en otra ocasión…

No hay comentarios:

Publicar un comentario